CUERPO EXTRAÑO EN REGION ANTERIOR DEL CRANEO. INFORME DE UN PACIENTE

CUERPO EXTRAÑO EN REGION ANTERIOR DEL CRANEO. INFORME DE UN PACIENTE.

Por:

Dr. Francisco Pérez Varona* y Dr. Armando Alemán Rivera**

*Especialista de II Grado en Neurocirugía. Hospital Provincial Docente Clínicoquirúrgico "Arnaldo Milián Castro". Asistente. ISCM-VC.
**Especialista de I Grado en Neurocirugía. Hospital Provincial Docente Clinicoquirúrgico "Arnaldo Milián Castro". Villa Clara.

Los cuerpos extraños intracraneales son infrecuentes en la vida civil. Estas lesiones se observan con mayor frecuencia en los conflictos bélicos, producidas por proyectiles de armas de fuego2,5. No obstante, se ha descrito en la literatura la presencia de alambres metálicos, clavos, tijeras, agujas, cuchillos, varillas metálicas, fragmentos de madera y puntas de lápiz7. Los arpones de caza submarina han sido informados con poca frecuencia como cuerpos extraños.

Entre las zonas más vulnerables a la penetración de cuerpos extraños dentro de la cavidad craneana se encuentran las órbitas y el piso anterior de la base del cráneo, fundamentalmente a través de la lámina cribiforme.

La radiografía simple de cráneo debe efectuarse en la totalidad de los casos en que se sospeche heridas penetrantes craneales, aún cuando no existan alteraciones neurológicas al examen clínico, con el propósito de investigar la posible ubicación endocraneal de proyectiles secundarios o cuerpos extraños3.

El estado de conciencia constituye el dato clínico de mayor importancia al establecer el pronóstico del enfermo. Otros factores importantes son el tamaño del proyectil, su velocidad de penetración y la ubicación dentro del tejido cerebral.

Palabras claves:

  • TRAUMATISMOS DE LA CABEZA
  • CUERPOS EXTRAÑOS

Key words:

  • HEAD INJURIES
  • FOREIGN BODIES

Las complicaciones más frecuentes de esta lesión son los hematomas intracraneales, las meningitis y los abscesos cerebrales3,7 así como las fístulas del líquido cefalo-rraquídeo4.

Una exposición amplia de los tejidos adyacentes durante el procedimiento quirúrgico, una adecuada hemostasia de los tejidos encefálicos, el cierre hermético de la duramadre, así como un tratamiento antibiótico adecuado, evitan en gran medida las complicaciones antes señaladas1-4,7.

Presentación del paciente:

Nuestro objeto de estudio es un paciente del sexo masculino, blanco, de 27 años de edad, con antecedentes de buena salud anterior. Al encontrarse practicando la caza submarina se autoagrede, al escapársele un disparo de su escopeta de caza. Es traído al cuerpo de guardia con un arpón de aproximadamente 83 cm de largo (Fig 1), el cual penetraba en la región preauricular derecha hasta una profundidad de 20 cm, siguiendo un trayecto de derecha a izquierda hacia arriba y algo adelante.

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Figura 1 Arpón metálico de caza submarina y fabricación casera de 83 cm de largo, después de seccionado y extraída su porción intracraneal.

A su llegada al cuerpo de guardia el paciente estaba en estupor superficial. Neurológicamente se encontraba con ligera tendencia al sueño, pero era capaz de ejecutar órdenes, daba respuestas adecuadas al interrogatorio y no presentaba signos de focalización neurológica. Al examen físico se encontró una equímosis periorbitaria derecha como único dato de interés. Al examen oftalmológico no se observaron lesiones del globo ocular ni de estructuras adyacentes.

En las radiografías de cráneo AP y Lateral (Figs 2 y 3), aparece una imagen radioopaca que corresponde con el arpón, el cual penetró por la fosa anterior de la base del cráneo, inmediatamente por detrás de la órbita, cruzó la línea media y terminó su trayecto en región frontal izquierda, a 1 cm del sitio correspondiente al seno longitudinal superior (sutura sagital).

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Fig 2 Fig 3

Figura 2 Radiografía de cráneo. Vista anteroposterior. Se observa que la punta del arpón se sitúa en hemisferio izquierdo a 1 cm aproximadamente de la sutura sagital.

Figura 3 Radiografía de cráneo. Vista lateral. Se observa penetración del arpón por la fosa anterior del cráneo, inmediatamente por detrás de la órbita.

Se realizó craniectomía bifrontal con colgajo único hacia la derecha, y se encontró que la punta del arpón protruía las meninges sin lacerar la duramadre, a nivel de la cara externa del lóbulo frontal izquierdo, a 1 cm del tercio anterior del seno longitudinal superior. Se realizó una incisión transversal de aproximadamente 3 cm en la duramadre, y se extrajo el arpón en el mismo sentido de su penetración, maniobra que no produce sangramientos de importancia en el tejido encefálico. Posteriormente se efectuó revisión del sitio de penetración del arpón en la base craneana, y se retiraron pequeños fragmentos óseos. A continuación se lavaron todas estas estructuras con solución salina y antibióticos. La duramadre se cerró herméticamente al igual que el resto de las estructuras periencefálicas.

El paciente fue trasladado a una Unidad de Terapia Intensiva para el postoperatorio inmediato, y se le indicó tratamiento con antibióticos, depletantes y anticonvulsivantes; el mismo transcurrió sin dificultades. A las 36 horas de evolución, la escala de coma de Glasgow era de 14 y no existían evidencias de sepsis del sistema nervioso central, por lo que fue trasladado al Servicio de Neurocirugía. Mediante Tomografía Axial Computadorizada se observaron pequeñas zonas hipodensas en región frontal derecha y temporal izquierda como secuela del trauma encefálico, por lo que se decidió mantener tratamiento anticonvulsivante. Fue dado de alta a los 17 días de su ingreso sin secuelas motoras ni intelectuales. A los 8 meses de seguimiento por Consulta Externa se realizó un EEG que mostró signos de sufrimiento cortical frontal con paroxismos asociados, sin que clínicamente se presentaran evidencias de disfunción cerebral paroxística.

En la actualidad el paciente se encuentra incorporado a su vida social normal.

Consideramos que la buena evolución de nuestro paciente estuvo en relación con varios factores: un estado neurológico conservado a su llegada al cuerpo de guardia, el diagnóstico precoz en combinación con un cuidadoso procedimiento quirúrgico y un apoyo terapéutico en la Unidad de Cuidados Intensivos en el postoperatorio inmediato. Coincidimos con otros autores en que la permanencia del cuerpo extraño dentro del encéfalo actúa como elemento taponeante, hace hemostasia y evita la pérdida de sangre y su acumulación dentro del cráneo.

REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

  1. Fletcher, SA, Henderson, LT, Miner, ME, Jones, JM. The successfull surgical removal of intracraneal nasogastric tubes. J Trauma 1987 Aug;27(8):948-952.
  2. Guevara Dondé, J, Santillan Gómez, M, Sikahall Meneses, E, Portillo, E. Heridas penetrantes del cráneo por cortadoras eléctricas. Rev Med (IMSS) 1990 mar.-abr.;28(2):87-91.
  3. Gea Guiral, J, Torres Martí, A, Rodríguez Roisin, R, Gastón Fernández, F, Rodríguez Pasos, M, Agusti Vidal, A. Lesión endocraneal por proyectil de arma de fuego. Med Int 1985 mar.-abr.;9(2):76-78.
  4. Hansen, JE, Godeman, S, Holgate, R, Saunders, R. Penetrating intracranial wood wounds: Clinical Limitations of Computarized Tomography. J Neurosurg 1988 may;68(5):752- 756.
  5. Kieck, Ch, De Villiers, J. Vascular Lesions due to transcranial stab wound. J Neurosurg 1984 Jan;60(1):42-46.
  6. Portero Urquizo, A, Tain Blasques, J, Veliz Olay, I, Ancheta Niebla, H, Carriles Díaz, M, Pérez Rodríguez, D. Herida por arpón en el tractus de salida del ventrículo derecho en un niño. Presentación de un caso. Rev Cubana Cir 1985 Jul-Ag;24(4):408-414.
  7. Solis Durán, C, Rojas Peralta, V, Pérez Rodríguez, C. Cuerpo extraño de la fosa anterior del cráneo. Informe de un caso. Rev Med (IMSS) 1984;22:253-255.



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