mdc19205 Aspectos clínicos, epidemiológicos y sociales de los niños y adolescentes que fallecieron por accidentes

Dr. José Manuel González Santos1, Dra. Marta Reyes Santana2 y Dra. Aida Silvia Fuentes Abreu3

1. Especialista de II Grado en Pediatría y Neurología. Profesor Auxiliar. ISCM-VC.

2. Especialista de I Grado en Pediatría. Asistente. ISCM-VC.

3. Especialista de I Grado en Pediatría. Instructora. ISCM-VC.

Una mirada atenta a las estadísticas de los accidentes a escala mundial solo puede producirnos alarma, pues en la mayor parte de los países estos aparecen entre las primeras causas de muerte para todas las edades, aunque con una mayor incidencia en niños y niñas, adolescentes, jóvenes y adultos mayores1-3.

Por esta causa ocurre en nuestro planeta una muerte cada cinco segundos y un traumatismo cada dos4.

La prevención de los accidentes debe considerarse una emergencia sanitaria y también social, debido a la elevada mortalidad, morbilidad y discapacidad que ocasionan, así como al costo económico que directa o indirectamente representan y, lo más importante, la enorme carga de sufrimientos humanos que implican.

En Cuba ocupan la tercera causa de muerte en los menores de un año, la primera en el grupo de 1 a 19, la segunda en el de 20 a 49, la cuarta en edades de 50 a 64 y la sexta en los de 65 años y más5.

Asimismo, aparecen como la quinta causa de mortalidad en todas las edades, solo superados por las enfermedades del corazón, los tumores malignos, la afección cerebrovascular, la influenza y la neumonía5.

Los accidentes no son tan accidentales, porque cuando se estudian profundamente las causas que los originan, se descubre que pudieron ser evitados, en un alto porcentaje.

En Cuba, en el grupo de niños y niñas de 1 a 4 años, por cada uno que fallece por una enfermedad diarreica aguda, mueren 22 por accidentes; por un tumor maligno, 16; por una meningoencefalitis bacteriana, 13; por cada infección respiratoria aguda 76.

A continuación relacionamos los accidentes más frecuentes, según los grupos erarios: En los menores de un año, la broncoaspiración alimentaria, cuerpos extraños y el colecho (muerte por aplastamiento o ahogamiento, cuando el niño duerme entre personas mayores). De 1 a 4 años: los accidentes de tránsito, ahogamiento y sumersión, envenenamiento, caídas, broncoaspiración alimentaria, corriente eléctrica y fuego. De 5 a 9 años: los accidentes de tránsito, ahogamiento y sumersión, golpes por objetos, caídas, corriente eléctrica y rayo6. En el grupo de 10 a 19 años, es decir, en los adolescentes, los accidentes del tránsito, el ahogamiento y sumersión totalizan un 80% de las causas de muerte6.

La frecuencia de accidentes mortales en nuestro medio, evitables en su gran mayoría, nos motivó a realizar un estudio del comportamiento clínico, epidemiológico y social de los niños que fallecieron por esta causa en el período 1984 - 2003, en la provincia de Villa Clara, con el objetivo de contribuir a la disminución de su mortalidad.

El mayor riesgo de morir de un niño cubano sano es el accidente6.

En el período analizado fallecieron en nuestra provincia 325 niños por accidentes, para un promedio de 16,3 por año.

Para los menores de un año la tasa de mortalidad infantil fue de 0,15 por cada 1 000 nacimientos, para los preescolares de 0,9, y para los escolares de 0,8 por cada 10 000 habitantes, respectivamente.

Cuando el niño deambula quiere conocer lo que le rodea, y se lanza cada vez a empresas más riesgosas sin tener en cuenta los peligros que le esperan1,3,7.

En la edad escolar los niños comienzan a practicar actividades fuera del hogar, lo que les proporciona mayor independencia y los hace más vulnerables a los accidentes2,3,8.

Según el sexo, los varones fueron más afectados que las hembras, para tasas de 1,2 y 0,6 por cada 10 000 habitantes, respectivamente.

Los varones son más independientes, permanecen mayor tiempo fuera del hogar y sus juegos son más activos, por lo que están más expuestos a sufrirlos3,8.

Según la procedencia, los del área rural fueron más afectados que los de las ciudades, para tasas de 2,3 y 0,5 por cada 10 000 habitantes, respectivamente.

La bibliografía consultada coincide en que los accidentes mortales son más frecuentes en los niños del campo que en los de la ciudad. Las zonas rurales tienen menos accidentes, pero más víctimas7.

En el horario de la tarde ocurrieron 44,0 % de los accidentes mortales, en los fines de semana 50,9 %, y en los meses de julio y agosto, 35,6 %. En los meses con semanas de receso docente, tales como enero, abril y noviembre, ocurrieron 24,6 %.

El hecho de que un número importante de accidentes tengan lugar en la tarde, así como los sábados y domingos, durante los meses de verano y en las semanas de receso escolar, se relacionan con la mayor libertad de los niños en estas épocas del año, en las cuales acuden a playas, piscinas, ríos, parques, calles y campos, para disfrutar de su tiempo libre7,9.

El 64,2 % de los accidentes mortales se produjeron fuera del hogar.

La bibliografía consultada señala que el hogar es el lugar donde con mayor frecuencia se producen los accidentes en los niños preescolares, en tanto que los que ocurren en lugares públicos tienen su mayor incidencia después de los cinco años de edad5,8.

Según el tipo de accidente, los del tránsito ocurrieron en 38,8 %, las quemaduras en 15,1 %, el ahogamiento en 14,5 % y las caídas en 9,8 %. Menos frecuentes fueron las intoxicaciones exógenas, la broncoaspiración alimentaria, los cuerpos extraños, la electrocución y los golpeados. La alta frecuencia de accidentes del tránsito se atribuye a la indisciplina social en la vía pública, a que la educación vial que posee la población es insuficiente, y a que resulta escasa la orientación que al respecto le brindan los padres a los hijos.

Ochenta y una personas de todas las edades perdieron la vida en los 296 accidentes del tránsito que se produjeron en el 2003 en Villa Clara, y 372 resultaron lesionadas; las pérdidas materiales ascendieron a $ 327 481.0010.

El 7 de abril de 2004 fue dedicado el Día Mundial de la Salud a la seguridad vial, con el lema: «No a los accidentes del tránsito»

A nivel mundial fallecen más de 1 200 000 personas cada año por tal motivo11, y cada dos minutos muere una persona por esta causa.

En Villa Clara, lamentablemente, estos han devenido en un verdadero flagelo. El 2004 dejó un trágico saldo de 519 hechos, a causa de los cuales perecieron 69 personas, 584 resultaron lesionadas, y los daños materiales superaron los $ 462 000. 0012.

Suficientes pérdidas como para que la provincia muestre una de las más altas cifras en este sensible indicador, catalogado entre las primeras causas de muerte en Cuba. Sin dudas, una preocupante situación que se agudiza más, si tomamos en cuenta que en lo que va de 2005 las estadísticas recogen ya 52 colisiones que ocasionaron 4 muertos, 72 heridos y unos $ 43 000.00 convertidos en chatarra12.

Según el sitio anatómico, el cráneo fue el más afectado (42,8 %), seguido de los traumas múltiples (29,2 %) y las vías aéreas (18,8 %).

Los accidentes mortales constituyen un importante problema de salud y de la sociedad, por lo que resulta necesario sensibilizar a toda la población, así como a las autoridades sanitarias y civiles de escuelas, consejos populares y centros laborales, para realizar campañas de prevención que contribuyan a reducir los mismos.

El 90 % de los accidentes son previsibles y potencialmente evitables; de ahí la necesidad de conocer la realidad local e instalar un sistema de vigilancia y prevención, e involucrar al personal de la salud, así como a los padres, para adoptar conductas seguras en las actividades diarias de los niños7.

Se impone continuar realizando investigaciones que permitan profundizar en el conocimiento de los factores de riesgo relacionados con los accidentes mortales en los niños.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

1. Gómez I. Los accidentes en la edad pediátrica, un grave problema de salud. Acta Pediatr Mex. 2002;23(6):398-410.

2. Rassi R. Vísteme despacio. Granma. 2003 Abr 27; Secc. Nacionales (col. 3).

3. Viñas JA. Accidentes en la infancia. Estudio epidemiológico de mil casos; factores ambientales. Rev Cubana Pediatr. 1990; 62(2):213-22.

4. Alfonso C. ¿De qué mueren los niños y jóvenes cubanos? Trabajadores. 2005 Ene 31; Secc. Salud (col. 4).

5. Galá MN, Hautrive I. Antídoto contra una epidemia. Trabajadores. 2004 Mar 29; Secc. Nacionales (col. 2).

6. De la Osa J. El mayor riesgo de morir un niño sano es el accidente. Granma. 2004 Ene 21; Secc. Historia (col. 1-2).

7. Cuadrado B. Más de 80 fallecidos en accidentes del tránsito el pasado año en Villa Clara. Vanguardia. 2004 Feb 14; Secc. La Salud (col. 3).

8. Alfonso C. No a los accidentes del tránsito. Trabajadores. 2004 Feb 23; Secc. Salud (col. 2-3).

9. Cuadrado B. Sensatez en la vía para frenar los accidentes. Vanguardia. 2005 Feb 12; Secc. La Salud (col. 4).

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